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domingo, dezembro 14

Veinte Poemas de Amor...

... y una Canción Desesperada - Pablo Neruda

"15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes de lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

(...)

e gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
dejáme que me calle con el silencio tuyo.

(...)"

Estes dias encontrei uma pessoa que me fez lembrar de Neruda... de quando eu sabia vários de seus poemas de amor decorados, de memória, de coração. Eles continuam sendo de coração, mas eu já não sei mais recitar. Este, o 15 continua sendo meu predileto, mas eu já não o dedico a ninguém, agora ele é só meu! Copiei aqui duas estrofes, para que meus amigos possam se lembrar dele também... (acho que ando romântica de mais...)

Um comentário:

Christian Barrueta disse...

Mi favorito es ...
Pablo Neruda: Puedo escribir los versos más tristes esta noche
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.